El seleccionado argentino sufrio su cuarta derrota consecutiva frente a Hungria por 31-20 en, tal vez, el peor partido del convinado albiceleste en el mundial disputado en Croacia.
Ya desde los primeros minutos se anunciaba un partido en el que iba a salir casi todo mal, incluyendo las lesiones de Simonet y Fernandez que pudieron estar en cancha pocos minutos. Argentina centralizaba el juego tratando de lanzar sobre bloqueadores que superan los dos metros y que por algo lideran las estadísticas del certamen en ese rubro.
La selección insistía por el medio y rebotaba contra una defensa 6-0 muy dura. Esto le permitía a los húngaros volar de contrataque una y otra vez para cerrar el encuentro en la primera etapa, en la que Argentina sólo alcanzó el 26% de efectividad en lanzamientos.
El complemento sólo varió sustancialmente cuando Hungría sacó el pie del acelerador y reguló pensando en su choque ante Francia. El técnico nacional se vio muy complicado para rearmar la primera línea por la ausencia de los lesionados. Esto le dio protagonismo a Portela quien, junto con Gull, tomaron las mayores opciones de tiro.
El final marca una diferencia de 11 goles previsible por la dimensión del rival y por la instancia en la que Argentina ya no se jugaba nada en cuanto a una posible clasificación a la Main Round. Pero que contrasta notablemente con el rendimiento de los tres primeros partidos.
Un capítulo aparte merece la mediocre presencia en el campo de Gal, el pivot húngaro. Mas atento al juego violento que a la destreza y con actitudes antideportivas que pudieron originar una reacción que por suerte no llegó de los jugadores argentinos.
Mañana será el turno de Australia para cerrar la participación en el grupo A. Nuevamente irá en diferido por TyC Sports desde las 16hs.
A mejorar, mas allá de lograr el triunfo, para pensar en la mejor posición posible en la Copa Presidente que comienza el sábado.
miércoles, 21 de enero de 2009
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